Ateneo de Córdoba. Calle Rodríguez Sánchez, número 7 (Hermandades del Trabajo).
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La tarea universitaria, sus trabajos de investigación y la autoría de numerosas publicaciones no le impidieron asumir importantes responsabilidades políticas fuera ya de Sevilla: primero fue diputado por Badajoz y más tarde ministro de Agricultura, accediendo a la llamada que se le hizo ([[1934]]) como miembro de la CEDA. Estuvo en este último cargo un solo año, lapso en el que, aparte de sufrir varios atentados de los que salió ileso, propició el cese de las expropiaciones definitivas por el Instituto de Reforma Agraria, la ley de protección a yunteros y pequeños labradores y la ley de arrendamientos rústicos. Dimitió en [[1935]] y pasó a ser vicepresidente primero de las Cortes. | La tarea universitaria, sus trabajos de investigación y la autoría de numerosas publicaciones no le impidieron asumir importantes responsabilidades políticas fuera ya de Sevilla: primero fue diputado por Badajoz y más tarde ministro de Agricultura, accediendo a la llamada que se le hizo ([[1934]]) como miembro de la CEDA. Estuvo en este último cargo un solo año, lapso en el que, aparte de sufrir varios atentados de los que salió ileso, propició el cese de las expropiaciones definitivas por el Instituto de Reforma Agraria, la ley de protección a yunteros y pequeños labradores y la ley de arrendamientos rústicos. Dimitió en [[1935]] y pasó a ser vicepresidente primero de las Cortes. | ||
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La guerra civil le trajo la incautación de sus bienes y su confinamiento en Chipiona, si bien en [[1937]] fue repuesto en la Universidad. En [[1946]] se hizo cargo, sin dejar la de Derecho Canónico en la Facultad de Derecho, de la cátedra de Historia de la Iglesia e Instituciones Canónicas Indianas en la Facultad de Filosofía y Letras. | La guerra civil le trajo la incautación de sus bienes y su confinamiento en Chipiona, si bien en [[1937]] fue repuesto en la Universidad. En [[1946]] se hizo cargo, sin dejar la de Derecho Canónico en la Facultad de Derecho, de la cátedra de Historia de la Iglesia e Instituciones Canónicas Indianas en la Facultad de Filosofía y Letras. | ||
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Manuel Giménez Fernández nace en Sevilla el 8 de mayo de 1896, donde muere el 27 de febrero de 1968. Jurista y político, era lo uno y lo otro en su magisterio inolvidable de la cátedra de Derecho Canónico, sin incumplimiento de su obligación de enseñar la asignatura.
Su vasta formación (licenciado en Filosofía y Letras, sección de Historia, y doctor en Derecho) y la amplitud de sus curiosidades (había publicado en 1917 Las citas históricas de El Quijote y en 1922, Contribuciones al estudio del moderno Derecho Electoral y un estudio de la obra del pintor Alejo Fernández, por ejemplo) hacían posible tan extraño maridaje.
Fue concejal del Ayuntamiento de Sevilla en varias ocasiones, viéndose implicado frecuentemente en temas polémicos por su actitud muchas veces crítica. En la gestación del Estatuto Regional Andaluz (1933) tuvo una participación muy activa, integrado en la ponencia de Blas Infante. Llevaba ya tres años desempeñando la cátedra de la Universidad hispalense que ocupó hasta su jubilación.
La tarea universitaria, sus trabajos de investigación y la autoría de numerosas publicaciones no le impidieron asumir importantes responsabilidades políticas fuera ya de Sevilla: primero fue diputado por Badajoz y más tarde ministro de Agricultura, accediendo a la llamada que se le hizo (1934) como miembro de la CEDA. Estuvo en este último cargo un solo año, lapso en el que, aparte de sufrir varios atentados de los que salió ileso, propició el cese de las expropiaciones definitivas por el Instituto de Reforma Agraria, la ley de protección a yunteros y pequeños labradores y la ley de arrendamientos rústicos. Dimitió en 1935 y pasó a ser vicepresidente primero de las Cortes.
La guerra civil le trajo la incautación de sus bienes y su confinamiento en Chipiona, si bien en 1937 fue repuesto en la Universidad. En 1946 se hizo cargo, sin dejar la de Derecho Canónico en la Facultad de Derecho, de la cátedra de Historia de la Iglesia e Instituciones Canónicas Indianas en la Facultad de Filosofía y Letras.
Nombrado consultor jurídico de los países hispanoamericanos para el Concilio Vaticano II, diversas trabas administrativas y la resistencia de su ordinario, le impidieron salir del país y cumplir su cometido in situ.
Biógrafo de Bartolomé de las Casas, y colaborador asiduo de "El Debate", pueden citarse sus obras Instituciones Jurídicas de la Iglesia Católica (1941-1942), La institución matrimonial (1947), El orden jurídico, económico e internacional cristiano (1940-1945), y La coyuntura actual de la filosofía aquiniana (1950), entre otras.
El contenido de esta biografía incorpora material del libro Los andaluces del siglo XX de la colección Arca del Ateneo, escrita por Rafael Mir Jordano. |