Isabel Hurtado de Mendoza

Isabel Hurtado de Mendoza, segunda señora de Benamejí. Dos motivos nos llevan a destacar en esta obra la vida de doña Isabel Hurtado de Mendoza: fue la primera señora de Benamejí que se trasladó a vivir a esta villa, tradición que seguirían con más o menos continuidad el resto de los señores; su gran personalidad y especiales dotes lograron mantener el señorío que fundara y endeudara su suegro y que no supiera levantar su marido.

Fue hija natural de Diego Hurtado de Mendoza y de Luisa de la Cerda, siendo ésta muy joven y antes de contraer matrimonio con Antonio Arias Pardo, a cuya muerte encontró en la compañía de Santa Teresa y en el apoyo a su empresa el alivio espiritual que buscaba.

Debido a su origen, vivió en Alcalá de Henares con tu tía paterna, María de Mendoza, que la cuidó y dotó, y a su muerte pasaría a Pastrana, a compañía de su hermana Ana Hurtado de Mendoza, princesa de Eboli, que tan activo papel tendría en la política de su tiempo.

Contrajo matrimonio con Diego de Bernuy Barba, celebrándose la boda en Pastrana, en 1569. El matrimonio duró poco, puesto que su marido moriría en 1577, dejándole cinco hijos entre cinco años y cinco meses.

En este momento doña Isabel decide establecerse en Benamejí con sus hijos e inicia una auténtica lucha legal para conseguir, primero, la tutoría de sus hijos y, después, el consenso con los acreedores de su marido, objetivos que consiguió y mantuvo con eficiencia hasta la mayoría de edad de su hijo, al que entregó el señorío saneado.

Murió en Madrid en 1612 y fue enterrada con todos los honores a hombros de los caballeros de la casa de su padre, una de las más grandes de España.

Referencia

• Remedios Morán Martín Los pueblos de Córdoba (Caja Provincial de Ahorros y Diario Córdoba, 1993).