Ateneos vivos

Los Ateneos no son instituciones pretéritas. Por el contrario, mantienen una fuerte musculatura social y cultural. Existen Ateneos en muchas ciudades y pueblos de Andalucía, algunos de ellos con más de un siglo de antigüedad, constituyendo un importante tejido intelectual.

¿Qué es un Ateneo? El Espasa nos proporciona una certera definición: “En sentido estricto, significa santuario de la diosa Atenea, y, conservando la significación de cultura ateniense, se ha empleado para designar instituciones científicas y literarias dedicadas a elevar el nivel intelectual de las gentes por medio de discusiones, conferencias, cursos y lecturas”. En nuestro país, estas instituciones han sido netamente privadas, fruto de la inquietud cultural de la sociedad civil. En otros países europeos, como Francia o Bélgica, se denominan ateneos a determinadas instituciones públicas de enseñanza. En España nacieron a lo largo de la segunda mitad del siglo XIX a iniciativa de personas inquietas, que decidieron impulsar la cultura desde la propia sociedad. Los primeros Ateneos mantuvieron claras conexiones con el espíritu de la Institución Libre de Enseñanza, creada una década antes, así como con otras instituciones que ambicionaban modernizar una sociedad anclada en el pasado y en la ignorancia.

El Ateneo de Madrid fue fundado en 1820, y el de Cádiz en 1858. El Ateneo Catalán se creó en 1860 y el de Sevilla en 1887. Fue constituido por el catedrático de la Universidad de Sevilla Manuel Sales; se denominó originalmente Ateneo y sociedad de Excursiones de Sevilla y fue producto de una escisión en el seno del llamado Ateneo Hispalense, fundado en el año 1879. El Ateneo de Córdoba es mucho más reciente, pero igualmente activo.

Pero los ateneos no radican exclusivamente en las grandes ciudades. El Ateneo Popular de Almodóvar del Río (Córdoba), por ejemplo, fue creado en 1925 por el jornalero y poeta Manuel Alba. Otros más recientes, como el de Algeciras, sirven de fermento cultural para sus localidades.

Debemos apoyar la noble actividad de estas instituciones privadas, como muestra de lo que puede hacer la sociedad civil cuando se lo propone. Sorprende, sin embargo, que no estén coordinados entre sí en Andalucía. Si sumaran esfuerzos serían, todavía, más útiles.

Manuel Pimentel (Socio del Ateneo de Córdoba)
(El Día de Córdoba, 7 de agosto de 2003