Ateneo de Córdoba. Calle Rodríguez Sánchez, número 7 (Hermandades del Trabajo).
PRÓXIMOS ACTOS DEL ATENEO DE CÓRDOBA
Nueva Junta Junta Directiva del Ateneo de Córdoba
Marzo , 1a.quincena. Conferencia de JUAN ORTIZ VILLALBA. " LA MASONERÍA EN CÓRDOBA ". (Presenta José Luis García Clavero).
Jueves 11 de abril. Conferencia de DESIDERIO VAQUERIZO." LOS ORIGENES DE CÓRDOBA". (Presenta J.L.G.C).
Finales de abril, primera semana de mayo. Proyección del documental "MONTE HORQUERA" de FERNANDO PENCO, galardonado en diversos Festivales internacionales (Italia, India, Holanda etc,)
Lunes 11 de Mayo. Conferencia de MANUEL VACAS." LA GUERRA CIVIL EN EL NORTE DE LA PROVINCIA DE CÓRDOBA.LAS BATALLAS DE POZOBLANCO Y PEÑARROYA- VALSEQUILLO". (Presenta Antonio BARRAGÁN).Todos los actos en la Sede del Ateneo.
CONVOCADOS LOS PREMIOS DEL ATENEO DE CÓRDOBA
XI Premio de Relato Rafael Mir.
XXXIX Premio de Poesía Juan Bernier.
IX Premio Agustín Gómez de Flamenco Ateneo de Córdoba.
Fallo de las Fiambreras de Plata 2023, relación de homenajeados aquí.
¡Ayúdanos! | → | Inserta un vídeo | Estamos en Facebook. Visítenos |
Diego Saavedra Fajardo
Diego de Saavedra Fajardo (Algezares, Murcia, 6 de mayo de 1584 – † Madrid, 24 de agosto de 1648), escritor y diplomático español.
Biografía
Nació en las propiedades que su familia tenía cerca de Algezares, una pequeña villa situada a unos 4 km al Sur de la capital murciana, y su documento de bautismo fue registrado en la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de Loreto del Lugar de Algezares. De estirpe noble, emparentada con los marqueses de Vélez, estudió Derecho y cánones en la Universidad de Salamanca entre 1600 y 1608. En 1607 se le concedió un hábito de la Orden de Santiago; marchó a Roma en 1610 y empezó su carrera diplomática en 1612 como secretario de cifra del cardenal Gaspar de Borja o Borgia, embajador español en Roma.
También viajó a Nápoles y a Sicilia como encargado de negocios, e incluso en algún periodo trabajó como Secretario de Estado y Guerra de Nápoles. Aunque no llegó a recibir órdenes mayores, se le nombró canónigo de Santiago en 1617, lo que le valió las importunaciones del cabildo, ya que nunca asistió a su cargo; sí lo hizo por el contrario a los cónclaves que eligieron a los papas Gregorio XV (1621) y Urbano VIII (1623).
Desde esta fecha su actividad diplomática no conoció descanso, pues se había ganado la confianza de Felipe IV y se encargó de gestionar una parte muy importante de sus relaciones políticas y diplomáticas durante treinta y cinco años en Italia, Alemania y Suiza, en plena decadencia del dominio político español. Fue embajador en Roma (1631) y marchó a Baviera en 1633, territorio este en el centro y eje de las luchas más encarnizadas de las ocurridas en la Guerra de los Treinta Años y por donde corretea de un lado a otro el pícaro Estebanillo González, con el cargo de embajador residente en la corte de Maximiliano de Baviera, líder de la llamada Liga Santa, unión de las fuerzas favorables al Emperador alemán Fernando II y al catolicismo. En este año, al haber fallecido el antagonista de éste, el rey Gustavo II Adolfo de Suecia, en la batalla de Lützen, se estableció una tensa calma sólo interrumpida por el asesinato del mariscal Wallenstein, jefe de los ejércitos del Emperador Fernando II, al descubrirse su traición a favor de Suecia.
En 1634 tiene lugar la batalla de Nördlingen entre los ejércitos suecos y los del imperio alemán apoyados por tercios españoles, que concluye con la victoria de éstos. En 1636 fallece el emperador Fernando II, y tiene lugar la Dieta de Ratisbona para la elección de su sucesor, donde Saavedra acude como representante de España.
La actividad diplomática de Saavedra se intensifica en lo que es la parte más dura de su carrera con la declaración de guerra de la Francia gobernada por Richelieu a la corona española en 1635 y las sucesivas derrotas de las tropas españolas a manos de los franceses. Entre 1635 y 1648 se suceden los periodos de guerra con varios intentos de solución por medio de tratados, en gran parte de los cuales intervino Saavedra procurando defender los intereses de España como ministro plenipotenciario en el congreso de paz de Westfalia, participando activamente en las sesiones que tuvieron lugar en la ciudad de Muñiste —sede de las negociaciones que afectaban a príncipes católicos— donde se firma la independencia de los Países Bajos. Aunque abandonó el congreso antes de la conclusión de la paz, es innegable que le tocó a Diego de Saavedra lidiar con uno de los periodos más amargos de la historia de España, el de la pérdida no solo de posesiones territoriales, sino de la hegemonía del Imperio Español en Europa, de lo que era muy consciente y de lo que fue protagonista directo. Testimonio de esos años son algunos opúsculos satírico-políticos como Locuras de Europa y otros.
Tras la firma del tratado de Münster, Saavedra regresa a Madrid enfermo y fallece, retirado en el Convento de Agustinos Recoletos (en el actual Paseo de Recoletos, donde hoy se encuentra la Biblioteca Nacional de España), el 24 de agosto de 1648, con el cargo de consejero de Indias. Está enterrado en una capilla de la Catedral de Murcia.
Obras
Su obra principal fue la de un pensador político. En este terreno su obra mayor es la Idea de un príncipe político cristiano, representada en cien empresas (1640), una obra muy erudita que se sirve del género literario del emblema, puesto de moda por Andrea Alciato con sus Emblemata traducidos en 1549 y que tiene un carácter principalmente moral y filosófico; la obra de Saavedra se inspira más bien en otra compilación de emblemas, la compuesta por Jacobo Bruck Angermunt, Emblemata política (1618).
El propósito del autor es componer una guía para la adecuada formación política de un príncipe cristiano. En la faceta de historiador destaca como su obra más importante la Corona gótica, castellana y austríaca (1648), que pretendía ser un repertorio biográfico de los reyes godos, castellanos y austríacos, si bien apareció solamente la primera parte, la Corona gótica, en la que el autor narra, siempre con un criterio moralizante y político, la historia de los treinta y cinco reyes godos; en 1681 el escritor Alonso Núñez de Castro la continuó y terminó.
El diálogo Locuras de Europa es en realidad un folleto de intención política destinado a divulgarse en Muñiste.
Política y razón de estado del Rey Católico don Fernando propone, al igual que había hecho Baltasar Gracián en su tratado El político o mucho antes que ellos Nicolás Maquiavelo, al rey aragonés como modelo de todo monarca sagaz en política.
La república literaria es una sátira lucianesca en forma de sueño sobre un imaginario estado formado por escritores y artistas de todo tipo y se conserva en dos versiones, la primera impresa tras la muerte del autor (1655) y una segunda, manuscrita, con notables divergencias textuales, que fue descubierta a fines del siglo XVIII por Pedro Estala. Aprovecha en esta obra el autor para hacer fina crítica literaria, si bien se echa de menos alguna referencia a Cervantes, La Celestina o el teatro en general; por otra parte, suministra algunas informaciones únicas sobre algunos científicos como Vesalio, Galeno, juristas, artistas, etc.
El estilo de Saavedra Fajardo es barroco y sentencioso, a veces lastrado por una erudición árida y minuciosa y, cuando no trata de moralizar (en la República literaria, por ejemplo), resulta más interesante.
Ángel González Palencia realizó una edición de las Obras completas de Diego Saavedra Fajardo (Madrid: Aguilar, 1945). De la Idea de un príncipe político cristiano, representada en cien empresas existen las ediciones de Vicente García de Diego (Madrid, Espasa Calpe, 1959, 4 vols.), la de Manuel Fraga Iribarne (Salamanca: Anaya, 1972), la de Quintín Aldea Vaquero (Madrid, Editora Nacional, 1976) y últimamente las de Francisco Javier Díez de Revenga (Barcelona: Planeta, 1988) y la de Sagrario López Poza (Madrid: Cátedra, 1999). También hay un facsímil (Madrid, Taurus, 1967). De la Corona gótica (1648), existe la edición de Madrid: Aguilar, 1944.
Desde el año 2002 se edita en Murcia la revista de tema saavedriano, referencia europea e hispanoamericana.
El último de los grandes estudios de conjunto sobre Saavedra Fajardo, al lado de los clásicos de Fraga Iribarne y Murillo Ferrol, es el del austríaco de Graz Christian Romanoski: Tacitus Emblematicus. Diego Saavedra Fajardo und seine Empresas Políticas. Wiedler Buchverlag, Berlín, 2006, 624 PP.ISBN 3-89693-460-0.
El recuerdo de Saavedra Fajardo hoy
Actualmente existe un Instituto de Enseñanza Secundaria que lleva su nombre, situado en el Barrio Infante Don Juan Manuel de Murcia.
En Algezares, su patria chica, existe un busto colocado en un jardín con el mismo nombre, donde cada 6 de mayo se le rinde un homenaje colocándole una corona de laurel con motivo de la celebración de su nacimiento. La de Algezares es la única escultura que existe de Saavedra Fajardo en toda la Región de Murcia. Además del busto, hay en Algezares un colegio, la calle principal del pueblo, una asociación lírica y un grupo folclórico que llevan el nombre del literato.