Noche ateneísta en el “Rincón Flamenco”

Noche ateneísta en el “Rincón Flamenco, de Agustín Gómez.

Noche eminentemente cultural flamenca. Ya saben, el pretexto era presentar un libro que la biblioteca Arca del Ateneo de Córdoba ha editado con la colaboración de la Diputación. La copla sale sola es el título, de Romualdo Molina, premiado por el Concurso de coplas flamencas convocado por el mismo Ateneo.

Hubo una buena concurrencia de ateneístas, pintores que antes habían asistido al acto inaugural en Galería Studio de la muestra de Gómez Romeral y colocación de una placa en homenaje a Juan Bernier, y otras personalidades del flamenco provincial. Estuvo, sobre todo, el propio autor, Romualdo Molina, que tras las presentaciones de rigor, nos dio una amena charla sobre la copla con divagaciones sobre lo divino y humano, todo salpicado de gracia e ingenio.

Romualdo Molina es un consumado especialista de la copla flamenca que no solo domina técnicamente, sino que cultiva como creador de imágenes y lenguaje propios; es por otra parte recopilador de ajenas. La copla verdadera –vino a decirnos- es la copla corta y cuanto más corta más auténtica. Invitó a los cantaores a que hagan suyas las coplas que cantan porque sólo así pueden ser cantaores de verdad; quien, por el contrario, no la siente oportunamente se comporta en ese momento como un loro.

Se desarrollaba el acto de manera totalmente improvisada –no por ello menos anunciado- en aras a la confianza y espontaneidad que debe regir en todo acontecimiento flamenco verdadero. De esta manera llegó el verdadero gesto cantaor, el de Rafael Ordóñez al ofrecerse a cantar algunas coplas del libro que presentábamos. Bellísimas fueron sus maneras para las jaberas y remate de rondeñas con las que facturó unas coplas de Romualdo, así como seguiriyas y martinetes, demostrándose así el acierto con las que han sido escritas. Le acompañaba oportuna la guitarra de Antonio Centenera, que con la afición y la generosidad fuera de lo común acude desde Puente Genil con frecuencia a su propia peña del Rincón Flamenco.

De la misma guisa de Centenera es Julián Estrada. También puso su cante a la admiración del público amigo que llenaba el local y aun rebosaba por el pasaje. En un buen entendimiento con el guitarrista, Julián llevó con perfección rítmica y gran naturalidad sus alegrías, recordando unos dedos ecijanos de buena ley. La noche se completó con un suculento potaje ofrecido por el Ateneo de Córdoba y servido para todos por los propios peñistas del Rincón Flamenco. Quedaba de esta manera tan fraternal así inaugurada la temporada flamenca peñista. Agustín Gómez (Diario Córdoba, 5 de octubre de 1993).