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Diferencia entre revisiones de «Partido Obrero de Unificación Marxista»

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El Partido Obrero de Unificación Marxista (más conocido por sus siglas POUM) fue un movimiento marxista heterodoxo español de corte trotskista y revolucionario fundado en 1935 y desbaratado en 1937, en plena Guerra Civil Española, a instancias de la Unión Soviética.

El POUM como frente revolucionario

Claramente puede decirse que el POUM es producto de los movimientos de unificación obrera que tuvieron lugar en España en los años 30 del siglo XX. Estos movimientos dieron lugar a amplios frentes (alianzas estratégicas entre partidos de izquierda como contrapeso a la amenaza de los movimientos conservadores y fascistas). El estallido de la Guerra Civil Española parece justificar aún más su necesidad.

En este contexto surgen dos tipos de unificaciones: las de caracter más pragmático como forma de lucha coyuntural contra las fuerzas conservadoras y por otra parte los conglomerados con objetivos puramente orientados a la revolución del proletariado.

El POUM será uno de estos frentes revolucionarios puros, nacido de la confluencia del Bloc Obrer i Camperol (Bloque Obrero y Campesino) de Joaquín Maurín con el trotskista Izquierda Comunista de Andrés Nin.

Estas fuerzas son movimientos comunistas cuya heterodoxia les hizo quedar marginados y enemistados con una Komintern que orbitaba en torno al comunismo oficialista de la URSS.

Los dirigentes del POUM consideran modélica la Revolución rusa de 1917 y estiman que ese modelo no sólo es válido para España sino que, además, en los años 30 (siglo XX), se dan en el pais condiciones idénticas a las que se dieron un Rusia en vísperas de la revolución.

Asimismo, en la linea trotskista, critican la desnaturalización proburguesa de la revolución rusa de la mano del reformismo meramente patriótico de Lenin, acusando abiertamente al régimen soviético de haber detenido y domesticado la revolución y opuestos a su politica de contención de los movimientos obreros, con lo cual se situan del lado de la disidencia que Stalin tratará de erradicar en los campos del gulag y mediante purgas de depuración política.

Caracterizan tambien al POUM su prioridad a ultranza de la revolucion (Nin consideraba que ganar la guerra significaba un mero trámite), su subestimación de los fascismos como factor emergente digno de ser tenido en cuenta, pero sobre todo su voluntad de unificar los movimientos obreros y sindicales (de ahí su nombre) únicos motores genuinos de la verdadera revolución en estado puro y permanente que defendían.

De esta manera, se observa que el poumismo es enemigo de cualquier statu quo no meramente revolucionario, y especialmente de cualquier reformismo democrático, que asocia a la clase burguesa.

El POUM como problema de la República

En plena guerra, la República Española sitiada será gobernada desde Cataluña, donde tendran lugar los principales acontecimientos que marquen la vida del bando republicano. Pronto el PSUC, la gran alianza entre socialistas y comunistas bendecida por la Komintern, se hace con el control del gobierno republicano contando con el apoyo de la Unión Soviética. Inicialmente, figuras poumistas también participan en el gobierno, como el propio Nin al frente de la Consejería de Justicia de la Generalitat de Catalunya.

Sin embargo, el POUM empieza a representar un elemento problemático para el gobierno de la república:

En primer lugar, su enemistad con Moscú compromete las relaciones de la República Española con su principal proveedor de armas y suministros en la guerra. De hecho, la posicion de fuerza de Stalin hace que finalmente el POUM sea desalojado, no sin la oposición de la CNT, del gobierno que compartió con las demás fuerzas de izquierda desde el inicio de la contienda en julio de 1936. Esto avoca al POUM a una radicalización que, en principio, se habia moderado mientras era parte del gobierno.

En segundo lugar, el poumismo ataca a la propia república, propugnando la destruccion de sus instituciones y su gobierno por ser contrarrevolucionarios y burgueses. De la misma forma se ataca al Frente Popular, mayoritario en el gobierno republicano. Los llamamientos a derribar la República democrática hacen que su papel dentro de la misma sea visto como meramente desestabilizador.

En tercer lugar, en plena confrontación militar que compromete la supervivencia de la república, el POUM da prioridad a la revolución (el derrocamiento de la repúublica burguesa) por encima de la victoria en la guerra. El gobierno percibe al poumismo con temor como un organismo capaz de desencadenar un frente interno. De hecho, el POUM reclama la detracción de armas desde el frente para armar a los trabajadores que defenderán la revolución en la retaguardia. Este temor se agudiza porque el POUM tiene milicias propias en el frente de Aragón y se sospecha que podria estar acumulando arsenales en sus locales.

En cuarto lugar, el POUM, en sus objetivos revolucionarios a ultranza podria llegar a unirse a elementos anarquistas descontentos para constituir un frente interno aun más peligroso. De hecho, la concepción de la acción obrera y sindical como motor del cambio, y la condicion de movimientos marginalizados y cada vez más acosados por el gobierno hace que, aunque sea fruto de una identificación y apoyo coyuntural (como en la insurrección anarcosindicalista de Barcelona de mayo de 1937, que recibe el apoyo del POUM) se haya llegado a hablar de anarco-poumismo.

El final del POUM

Dada su comprometida posición, el desbaratamiento del partido se veia anunciado por señales inequívocas.

Los mitos propagandísticos

En la Unión Soviética, parte de la política de erradicación de los opositores como Bujarin, Kamenev o el mismo Trotsky se centró en la asociación propagandística de éstos con una conjura fascista internacional de la cual serían meros agentes para la desestabilización de la revolución.

La misma política en España fue promovida por Moscú contra los anarquistas y contra el POUM. El propio George Orwell escribe que, en vísperas de la insurrección anarquista de mayo de 1937 en Barcelona, las publicaciones en manos del gobierno habian asumido y difundido la idea con tanta naturalidad que era dificil que incluso en periodicos izquierdistas extranjeros no se pensara que el POUM no era manejado desde Berlín. Esto parecía aún más evidente si se tiene en cuenta que el partido acusaba a la república y a su prioridad de ganar la guerra de contrarrevolucionarios. En aquel momento no fue dificil pensar que esa posición era de inspiración fascista para debilitar a la república en guerra.

Si a esto se une el hecho de que los comunistas y el PSUC habían obtenido todo el crédito por el apoyo que se obtenía de la URSS en forma de armamento y alimentos, se hace verosimil el hecho de que el POUM empezara a perder gran parte de su influencia inicial y a ser un partido bajo sospecha.

Las revueltas de Barcelona

El 3 de mayo de 1937 la escalada de tensión entre el gobierno y los anarcosindicalistas llegó a su punto culminante en Barcelona. La policía, con 200 hombres, trató de hacerse por la fuerza con el edifició de la central telefónica, que desde el inicio de la guerra y en virtud del Decreto de Colectivización estaba en manos de la CNT. Despues de meses de humillaciones y subsiguientes claudicaciones del sindicato, la CNT decide resistir el asalto, temiendo que ese fuese sólo el principio de acciones en su contra aún más expeditivas por parte del gobierno. Se temieron asaltos a otros edificios de la CNT y rápidamente se distribuyeron armas para defenderlos. La noticia corrió como la pólvora y se levantaron barricadas por toda la ciudad.

El POUM se unirá en apoyo de los anarquistas y utilizará su órgano oficial La Batalla como altavoz de proclamas revolucionarias alentando el alzamiento de los trabajadores contra la república.

El 6 de mayo acaban las hostilidades y el POUM es acusado de instigar el levantamiento a instancias del fascismo. Las represalias no se hacen esperar.

La sombra soviética

Se exige la ilegalización del POUM y se procede a detener a su dirigencia y a sus miembros, que pasan a la clandestinidad. Se disuelven las milicias del partido en el frente.

Seis dias despues de su detención, Andreu Nin, es misteriosamente secuestrado. La versión oficial, abundando en la conexion fascista del POUM, concluye que sus raptores eran agentes de la Gestapo. Las primeras investigaciones, antes de ser abortadas por el gobierno, parecen indicar que el secuestro fue obra de un agente soviético del NKVD llamado Alexander Orlov con la colaboración algunas instancias del gobierno. Se presume que Andreu Nin habria sido trasladado a Alcalá de Henares, ejecutado y enterrado en la zona.

Al año siguiente, 1938, se enjuició a los dirigentes del partido y se les condenó a prisión por rebelión. Para aquella época la represión previa ya habia acabado con el POUM.

El gobierno del socialista Largo Caballero trató de resistir en algún modo a las presiones soviéticas para erradicar a los partidos disidentes, y en especial trató de oponerse a actuar contra el POUM. Sin embargo, la caída de Largo Caballero, en buena parte debida a las revueltas de mayo, vino a encumbrar a un Juan Negrín menos reacio a tales maniobras, lo cual sentenció el destino del POUM.

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El material recogido en este artículo procede de una entrada de la Enciclopedia Libre Universal, bajo la licencia GFDL.