Ateneo de Córdoba. Calle Rodríguez Sánchez, número 7 (Hermandades del Trabajo).
PRÓXIMOS ACTOS DEL ATENEO DE CÓRDOBA
Nueva Junta Junta Directiva del Ateneo de Córdoba
Marzo , 1a.quincena. Conferencia de JUAN ORTIZ VILLALBA. " LA MASONERÍA EN CÓRDOBA ". (Presenta José Luis García Clavero).
Jueves 11 de abril. Conferencia de DESIDERIO VAQUERIZO." LOS ORIGENES DE CÓRDOBA". (Presenta J.L.G.C).
Finales de abril, primera semana de mayo. Proyección del documental "MONTE HORQUERA" de FERNANDO PENCO, galardonado en diversos Festivales internacionales (Italia, India, Holanda etc,)
Lunes 11 de Mayo. Conferencia de MANUEL VACAS." LA GUERRA CIVIL EN EL NORTE DE LA PROVINCIA DE CÓRDOBA.LAS BATALLAS DE POZOBLANCO Y PEÑARROYA- VALSEQUILLO". (Presenta Antonio BARRAGÁN).Todos los actos en la Sede del Ateneo.
CONVOCADOS LOS PREMIOS DEL ATENEO DE CÓRDOBA
XI Premio de Relato Rafael Mir.
XXXIX Premio de Poesía Juan Bernier.
IX Premio Agustín Gómez de Flamenco Ateneo de Córdoba.
Fallo de las Fiambreras de Plata 2023, relación de homenajeados aquí.
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Juan Carreño de Miranda
Juan Carreño de Miranda (Avilés, 25 de marzo de 1614 - Madrid, 3 de octubre de 1685) fue un pintor español del siglo XVII, que destacó en la Corte española de Felipe IV, y, sobre todo, Carlos II, de quien fue su más conocido retratista, siendo una generación más joven que Velázquez, de quien fue amigo y protegido.
Vida
El estilo de este pintor avilesino se encuadra dentro del barroco, perteneciendo a la Escuela Española del Siglo de Oro, y estando ligeramente influido por Velázquez, Van Dyck y Rubens. Entre sus discípulos destacan Juan Martín Cabezalero, Mateo Cerezo, José Jiménez Donoso, y otros.
Nacido en Avilés, Asturias, hijo natural1 en el seno de una familia aristocrática. De hecho, en 1658, fue elegido como representante de la villa de Madrid por el estado de la nobleza. Estudió con Pedro de las Cuevas y Bartolomé Román.
Supo captar con elegancia y psicología los personajes de la Corte madrileña, lo que le valió ascender en ella, y ser nombrado Ayuda de la Furriera en 1669, Pintor del Rey en septiembre de 1669, y en estrecha competencia con su antiguo colaborador y amigo, Francisco Ricci, Pintor de Cámara, en 1671, lo que enfrió las hasta entonces buenas relaciones entre ambos. A partir de este punto, su obra se vuelve eminentemente retratista, habiendo realizado sin embargo junto a Francisco Ricci, unos frescos de tema religioso en la Catedral de Toledo, en la Capilla de las Reliquias, unas pinturas a la témpera, luego repintadas al fresco en la iglesia de Atocha de Madrid, y unas pinturas de la vida de San Isidro Labrador en la Capilla del mismo Santo, en la iglesia de San Andrés.
Desgraciadamente, al igual que con el conjunto de pinturas al fresco y la témpera, de asunto mitológico, y probablemente influido por Tiziano, en opinión de Alfonso E. Pérez Sánchez, que realizaron juntos para el Alcázar de Madrid, bajo la dirección de Angelo Michele Colonna y Agostino Mitelli, todo esto ha desaparecido. Ha sobrevivido hasta hoy, sin embargo, el conjunto de pinturas que sobre la Vida de San Antonio, ambos realizaron para la iglesia de San Antonio de los Alemanes (o los Portugueses) de Madrid.
Se cuenta que, pese a su origen noble, rechazó, a diferencia de Velázquez, la dignidad de Caballero de la Orden de Santiago con las siguientes palabras, en loa del Arte de la Pintura: "La pintura no precisa honores. Puede darlos al mundo entero". Antonio Palomino en su Museo Pictórico, alaba su discreción, modestia y buen natural, siendo Carreño siempre cordial y amigable en su trato con otros artistas de la época. A su muerte, su viuda, que le sobrevivió, completó su testamento con diversos legados para varios amigos y discípulos, que incluían a Francisco Ignacio Ruiz de la Iglesia, Pedro Ruiz González y Jerónimo Ezquerra.
De su impresionante legado de retratos existe una gran muestra en el Museo del Prado y una buena representación en el Museo de Bellas Artes de Asturias. Utilizó el tipo de retrato oficial elaborado desde Antonio Moro en el siglo XVI: un retrato austero, solemne, de gran refinamiento cromático y, generalmente, con pocas alusiones explícitas a la dignidad del retratado; a esta escuela de retratistas pertenecieron también: Sánchez Coello, Sofonisba Anguissola y el propio Velázquez.