Agapito de la Cruz

Agapito de la Cruz López de Robles. Nace en 1883 en Salamanca, maestro del Grupo Escolar Rey Heredia de Córdoba de gran preparación, capacidad y entrega en su labor docente. Miembro de Izquierda Republicana representó a este partido en el Ayuntamiento surgido con motivo de la llegada del Frente Popular, desarrollando como gestor en el corto periodo de su mandato una labor efectiva al poner por primera vez en funcionamiento, para todos los escolares cordobeses, la piscina del Grupo Escolar Colón. Pertenecía a la dirección de la FETE-UGT.

Tras los acontecimientos del 18 de julio los maestros y maestras fueron sometidos a una prueba de fidelidad al nuevo régimen mediante la publicación en la prensa cordobesa de una orden del 23 de julio del 1936 firmada por el Comandante Militar Ciriaco Cascajo Ruiz, por la cual, el alcalde Salvador Muñoz Pérez conminaba a maestros y maestras a que se presentasen ese mismo día en el despacho del alcalde para asuntos relacionados con su profesión. Tal nota, tenía por objeto dar instrucciones de como, a partir de ese momento, se debía impartir la enseñanza, según los postulado emanados de los sublevados, teniendo muy en cuenta la enseñanza de la religión y la reposición de los crucifijos en las aulas.

Agapito y sus compañeros de la FETE más otros maestros de mentalidad progresista no asistieron a la convocatoria, según una versión, aunque otra sí los da como asistentes. Fuera la realidad la que fuere, se llegó a la acusación de que estos maestros propagaban ideas marxistas y librepensadoras en las escuelas y esa fue la sentencia de muerte para Agapito y sus compañeros. Se le detuvo según unos, en el mismo despacho del alcalde y según otros dos días después. Hubo personas de mentalidad conservadora que intercedieron por él al coronel Cascajo y por parte de éste sólo hubo buenas palabras pero al final todo fue inútil y el 20 de agosto de 1936 lo fusilaron, siendo Jefe de Orden Público Luis Zurdo.

El asesinato de Agapito de la Cruz tuvo una honda impresión en la sociedad cordobesa, hubo incluso entre los sectores proclives a los sediciosos una callada indignación. Sus compañeros y amigos le organizaron un modesto entierro que sirvió para que fuesen delatados por los facciosos con la consiguiente toma de represalias.

En Córdoba había comenzado entre los enseñantes la hora del terror, pues fueron también fusilados los maestros Modoaldo Garrido Díez, Enrique Fuentes Astillero, Juan García Lara, Manuel Camacho Parejo, Juan de Miguel Budía, Francisco Dueñas Llergo, Juan Galera, Josefa Fernández, Carlos Santos, Francisco Moreno Fuentes y muchos más.

Fuentes

• Información cogida del libro 1936: el Genocidio Franquista en Córdoba de Francisco Moreno Gómez y otras fuentes orales y escritas.

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