Ay Córdoba de mi pena

Como casi todo el mundo sabe en el bloque donde vivo, yo aprendí a leer en los periódicos allá por finales de los años 50 cuando cuidaba vacas en la finca El Duende, junto a El Granito de Oro. De ahí a conseguir que la Junta de Andalucía me concediera el título de graduado escolar cuarenta años más tarde, tras dos intentos porque el profesor era más fascista que un millonario de izquierdas, sólo un paso, muchos palos y muchos periódicos leídos por toda España.

Cuando uno estaba contra Franco, porque aunque parezca raro los antifranquistas ya existían mucho antes de que Zapatero llegara al poder y propiciara el descubrimiento de Miguel Bosé entre otros legendarios luchadores, era un arte leer periódicos y descubrir entre líneas los mensajes que con no menos arte dirigían aquellos periodistas nobles, buenos amantes de su profesión y de la libertad a los que tanto debemos los españoles porque fueron arietes contra la dictadura del generalísimo, esa misma que ahora mismo está dando de comer a mucha gente y a sus cuñados. Existía también la prensa de los partidos clandestinos en la que, más que entre líneas había que leer entre algún periódico deportivo para protegerse. La policía franquista se ganaba el jornal gracias a los chivatos y España ha sido y es tan rica en chivatos como en banderas, concejales, cuñados, generales y secretarios generales en general. La ventaja de la prensa partidista, excepto el diario falangista Arriba, vivero de notables antifranquistas que florecieron como amapolas en cuando palmó el gallego, era que como se sabía de antemano lo que decía nadie sentía la necesidad de leerla y todo el mundo terminaba leyendo la prensa deportiva con la que se tapaba y eso explica muchas cosas. Actualmente en España, además de naranjas y concejales, seguimos teniendo buenos periodistas y excelentes periódicos. Y prensa de partidos que ya no son clandestinos y hozan y gozan del poder legalmente constituido.

Pongamos que el Ateneo de Córdoba incluye entre las actividades de su sección de conferencias y debates para 2010 una conferencia-coloquio sobre la eutanasia, que tendría lugar en Bodegas Campos donde el Ateneo disfruta de un lugar a la lumbre y agua y sal para los pies desde 1998. Pongamos que un grupo de personas integristas, a título individual, se escandalizan dos días antes del fijado y se montan una orgía virtual lúdico-fachona tan amenazante como estúpida. Pongamos que la directiva del Ateneo de común acuerdo con la dirección de Bodegas Campos acuerda celebrar la conferencia-coloquio en un lugar como el salón de actos de la Delegación del Gobierno de la Junta de Andalucía, con más protección para los asistentes al evento ante las previsibles histerias de algunos nietos y biznietos de los huérfanos de Franco, que bastante nos apalearon durante la época en que un tal Jiménez Villarejo era fiscal y las calles eran propiedad de un tal Fraga.

Pongamos ahora y por poner que no quede, que un periodista, Rafael Ruiz de El Día de Córdoba sin ir más lejos, periódico blanco entre muchos amarillos, negros y encarnados, que forman los colores de mi España, ele, se interesa por la noticia y llama al presidente del Ateneo y, una vez informado va el tío y escribe un suelto en el que dice cosas tan hermosas, por lo verdaderas y por lo bien escritas que están, como: "Una de las casas con mayor solera democrática de Córdoba, Bodegas Campos, una de las empresas que más aporta al debate público y que tiene una posición más clara en pro del diálogo cívico, se vio ayer entre la espada y la pared, obligada, por presiones extremistas, a suspender una conferencia en las instalaciones de su fundación..."

Pongamos ahora que al día siguiente de celebrarse esa conferencia-coloquio sin problemas, con más de un centenar de asistentes y, en la calle, por si acaso, una docena de chavales en edad de merecer, un periódico de Madrid, en el que apenas sabrán donde está Córdoba y mucho menos su Ateneo, dice cosas como esta cosa: "Censurada una charla de Luis Montes en Córdoba. Presiones y amenazas impidieron celebrar una charla en la sede de la Fundación del restaurante cordobés Bodegas Campos, uno de cuyos patronos es Cajasur, caja de ahorros de la Iglesia... El Ateneo depende para sus actos de la sede de la entidad".

Periódicos y periódicos, periodistas y periodistas, ciudades que tienen un Ateneo al que su Ayuntamiento le facilita una sede (Málaga, Cáceres y un largo etcétera) y ciudades cuyo Ayuntamiento quisiera borrar del mapa al maldito Ateneo. Hay gente en las izquierdas tan miserable como en las derechas. Y luego está Mari Carmen, pero de las putas, con permiso, hablamos otro día, hijos.

Antonio Perea Torres
El Día de Córdoba, 27 de abril de 2010