Ateneo de Córdoba. Calle Rodríguez Sánchez, número 7 (Hermandades del Trabajo).
PRÓXIMOS ACTOS DEL ATENEO DE CÓRDOBA
Nueva Junta Junta Directiva del Ateneo de Córdoba
Marzo , 1a.quincena. Conferencia de JUAN ORTIZ VILLALBA. " LA MASONERÍA EN CÓRDOBA ". (Presenta José Luis García Clavero).
Jueves 11 de abril. Conferencia de DESIDERIO VAQUERIZO." LOS ORIGENES DE CÓRDOBA". (Presenta J.L.G.C).
Finales de abril, primera semana de mayo. Proyección del documental "MONTE HORQUERA" de FERNANDO PENCO, galardonado en diversos Festivales internacionales (Italia, India, Holanda etc,)
Lunes 11 de Mayo. Conferencia de MANUEL VACAS." LA GUERRA CIVIL EN EL NORTE DE LA PROVINCIA DE CÓRDOBA.LAS BATALLAS DE POZOBLANCO Y PEÑARROYA- VALSEQUILLO". (Presenta Antonio BARRAGÁN).Todos los actos en la Sede del Ateneo.
CONVOCADOS LOS PREMIOS DEL ATENEO DE CÓRDOBA
XI Premio de Relato Rafael Mir.
XXXIX Premio de Poesía Juan Bernier.
IX Premio Agustín Gómez de Flamenco Ateneo de Córdoba.
Fallo de las Fiambreras de Plata 2023, relación de homenajeados aquí.
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Reino de Valencia
El Reino cristiano de Valencia se creó en 1238, tras la conquista, por parte del rey de Aragón Jaime I el Conquistador, de la antigua taifa de Balansiya. Posteriormente, fue ampliado hacia el sur de la línea Biar-Busot.
Jaime I, viendo que era difícil repoblar tanto territorio conquistado, intenta conservar algunos privilegios de la población nativa así como respetar sus religiones y constumbres, proclamando los Fueros de Valencia (Els Furs), a partir de la cual se crea con entidad de reino y pasando a formar parte de la Corona de Aragón. Fue así dependiente de la corona pero con una administración propia.
La creación del reino provocó una iracunda reacción de la nobleza aragonesa, que veía así imposible la prolongación de sus señoríos hacia las tierras valencianas.
Historia
Edad Media
Tras haber sido la cuna de la cultura íbera, y receptora de diferentes culturas antiguas (griegos, romanos, cartagineses, fenicios, bizantinos, etc.), en el año 1233 el rey Jaime I el Conquistador inicia la conquista del territorio valenciano marcado entonces por cinco siglos de presencia sarracena: los reinos taifas de Balansiya, Alpuente, Denia, y Murcia.
Una vez conquistadas las Islas Baleares, los esfuerzos militares de Jaime I se redirigieron hacia los territorios islámicos del sur. En el año 1233 se planificó la campaña a Alcañiz, desarrollada en tres etapas:
- La primera dirigida a las tierras del de bajura norte, con la toma de Borriana el año 1233 y otros enclaves, como por ejemplo Peñíscola.
- La segunda abarca la zona central con la conquista de Valencia (1238) y las tierras planas hasta el Júcar, para hacerlo las cortes generales de Monzón de 1236 concedieron la ayuda necesaria y el papa Gregorio IX dio a la empresa el carácter de cruzada. El Puig se tomó en agosto de 1237, con el fracaso de una escuadra enviada por el rey de Túnez en auxilio de Valencia. Las capitulaciones se firmaron el 28 de septiembre y el rey entró en la ciudad el 9 de octubre.
- La tercera fase abarca desde 1243 hasta 1245 y llega hasta los límites estipulados para la conquista entre Aragón y Castilla en el Tratado de Almizra el año 1244, firmado entre Jaime I y el Alfonso X el Sabio, en aquel momento infante castellano, para delimitar las áreas de reconquista de las Coronas de Castilla y Aragón. Las tierras al sur de la línea Biar-Busot-Villajoyosa quedaron reservadas a Castilla. Posteriormente, los territorios del Reino de Murcia situados al norte de la orilla del Segura son incorporados al reino de Valencia por Jaime II tras la Sentencia Arbitral de Torrellas (1304) y el Tratado de Elche (1305).
El año 1283 el rey Pedro III de Aragón autoriza la instalación del Consulado del Mar en Valencia, siendo éste el primero de España.
En 1305 sería dividido este reino quedando para Castilla la zona occidental, que constituiría dentro de la corona castellana el Reino de Murcia, y para Aragón la zona oriental, que pasaría a formar parte del Reino de Valencia, en virtud a la Sentencia Arbitral de Torrellas y el Tratado de Elche.
El reino, al principio de mayoría mudéjar y musulmana, fue repoblado con cristianos de origen principalmente catalán en la costa y aragonés en el interior. Estas poblaciones junto con los judíos, dio como resultado una sociedad multiconfesional y multicultural, siendo los cristianos quienes tenían plenos derechos en comparación con el resto de las culturas. Éstos mismos crean las bases de un sistema económico aprovechando las infraestructuras árabes existentes (azudes, bancales, sistemas de riego, mezquitas, torres de vigilancia, etc.), así como los productos agrícolas asentados (cítricos, pasas, almendras, arroz, chufa, hortalizas, palmeras, etc).
A pesar de compartir rey con los territorios de la Corona de Aragón (Condados Catalanes, Aragón y Baleares), el rey Jaime el Conquistador instaura los fueros de Valencia, fundando de esta manera un reino con identidad política propia, con sus propias instituciones, su propia cultura y tradiciones, con su moneda,, administración, y aranceles. Estos fueros se mantendrían hasta 1707, con la centralización borbónica.
Entre 1356 y 1365, los reyes Pedro I de Castilla y Pedro IV de Aragón se enfrentaron en una cruenta guerra que tuvo su escenario principal en el Reino de Valencia, debido al interés del monarca aragonés de controlar el Reino de Murcia. Ciudades como Alicante estuvieron sitiadas durante varios años, y como premio a su valentía por resistir dos veces el asalto de los castellanos, la ciudad de Valencia recibió las dos "L" de su escudo (doblemente leal), y a su bandera real se le concedió la corona real. De esta concesión nació la bandera valenciana que ha llegado hasta nuestros días. Durante esta guerra además las poblaciones de Villena y Sax, que habían pasado a Valencia mediante la Sentencia de Torrellas en 1304, serían tomadas en armas por los castellanos y no regresarían a Valencia hasta el siglo XIX.
Época moderna
Asimismo, el Reino de Valencia financia económicamente la expansión de la Corona de Aragón durante los siglos XV y XVI, por lo que alcanza su máximo esplendor durante el Siglo de Oro, gracias al consecuente comercio marítimo con los nuevos territorios extra hispánicos de la Corona (Córcega, Sicilia, Nápoles, etc.), y la creación de la Taula de Canvis, la primera bolsa de valores de la historia. Esta época coincide, además, con una explosión literaria notable en valenciano, siendo una de las primeras sociedades en entrar en la época del renacimiento, con importantes escritores, humanistas, y filósofos.
Con la unión dinástica efectiva de la Corona de Castilla y de la Corona de Aragón en el emperador Carlos I, el Reino de Valencia sigue manteniendo su independencia política. No obstante, el reino empieza a verse sometido a la presión de una política cada vez más centralista por parte de la hegemonía de la Corona castellana, dando lugar a importantes conflictos sociales como las Revueltas de las Germanías de los gremios y agricultores valencianos contra diversos virreyes y lugartenientes. Otro problema importante es la drástica reducción demográfica, hasta un tercio de la población, como consecuencia de las diferentes expulsiones de judíos y moriscos del Reino, lo cual hace que su economía entre en una grave crisis debido, principalmente, a la falta de mano de obra barata que había con la población morisca valenciana (denominados tagarins), y a la fuga de capitales y activos acumulados por los sefarditas.
En 1700, con la muerte de Carlos II, fue proclamado rey de Castilla y de Aragón Felipe V de España, lo que provocó la Guerra de Sucesión Española. La Corona de Aragón se puso de parte del archiduque Carlos, el otro pretendiente. La resistencia del Reino de Valencia se concentró especialmente en Játiva, Dénia, Altea y Alicante, que fueron incendiadas en repetidas ocasiones (de ahí el gentilicio "socarrats", "quemados" en castellano, propio de la ciudad de Játiva), y su población masacrada. Cuando la guerra terminó, Felipe V promulgó los Decretos de Nueva Planta, por los que quedaban abolidas todas las instituciones de la Corona de Aragón y de los Reinos que la componían, que desaparecían y se integraban en la corona de Castilla, haciéndose los fueros de éste último reino extensivos para todo el territorio; no obstante, para ser asimilada a la legislación y sistema político castellanos, el rey tuvo que sofocar numerosas sublevaciones y revueltas sociales a lo largo del territorio dirigidas por excombatientes del bando de los austrias, los migueletes.