Ateneo de Córdoba. Calle Rodríguez Sánchez, número 7 (Hermandades del Trabajo).
PRÓXIMOS ACTOS DEL ATENEO DE CÓRDOBA
Nueva Junta Junta Directiva del Ateneo de Córdoba
Marzo , 1a.quincena. Conferencia de JUAN ORTIZ VILLALBA. " LA MASONERÍA EN CÓRDOBA ". (Presenta José Luis García Clavero).
Jueves 11 de abril. Conferencia de DESIDERIO VAQUERIZO." LOS ORIGENES DE CÓRDOBA". (Presenta J.L.G.C).
Finales de abril, primera semana de mayo. Proyección del documental "MONTE HORQUERA" de FERNANDO PENCO, galardonado en diversos Festivales internacionales (Italia, India, Holanda etc,)
Lunes 11 de Mayo. Conferencia de MANUEL VACAS." LA GUERRA CIVIL EN EL NORTE DE LA PROVINCIA DE CÓRDOBA.LAS BATALLAS DE POZOBLANCO Y PEÑARROYA- VALSEQUILLO". (Presenta Antonio BARRAGÁN).Todos los actos en la Sede del Ateneo.
CONVOCADOS LOS PREMIOS DEL ATENEO DE CÓRDOBA
XI Premio de Relato Rafael Mir.
XXXIX Premio de Poesía Juan Bernier.
IX Premio Agustín Gómez de Flamenco Ateneo de Córdoba.
Fallo de las Fiambreras de Plata 2023, relación de homenajeados aquí.
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Antonio Piñana Segado
Antonio Piñana Segado, cantaor payo conocido artísticamente por Antonio Piñana. Nació en Cartagena (Murcia) el 16 de enero de 1913, y murió en su misma localidad de Cartagena el 16 de noviembre de 1989. Ha sido una figura clave en la recuperación y transmisión de los cantes mineros, los cantes llamados de Levante o de las minas. Desde su niñez frecuentó los ambientes de los cantes de su región natal, ese amplio campo de Cartagena donde toda una legión de cantes tuvo asiento principal, comenzando sus actuaciones en las reuniones de aficionados y en compañía de otros artistas locales
Su encuentro, en 1952, con Antonio Grau Dauset, el hijo de Rojo El Alpargatero, fue fundamental en su trayectoria artística. Piñana aprendió de él todos los cantes antiguos. Con voluntad de aprender, se hizo amigo de Antonio Grau, quien conservaba la memoria de lo que oyera a su padre y lo cantiñeaba pese a que nunca se había dedicado profesionalmente al flamenco. Antonio Piñana aprendió así todo lo que el otro quiso enseñarle y probablemente puso algo de su cosecha. En 1961 se organizó el primer Festival del Cante de las Minas de La Unión, y Piñana fue el primer ganador del gran trofeo Lámpara Minera. A partir de entonces se convirtió en algo así como embajador de los cantes mineros, levantinos allá por donde anduvo, y se le reconoce un excelente trabajo en este aspecto: dio charlas, conferencias, recitales, entrevistas y grabó un buen número de discos, en los que dejó excelentes versiones de los estilos a cuya divulgación se había entregado por completo.
En 1968, la Cátedra de Flamencología de Jerez de la Frontera le otorgó el Premio Nacional de Flamenco, en su modalidad de enseñanza, en reconocimiento a su magisterio de los estilos levantinos. Otros galardones en su haber son el Taranto de Oro y el Carburo de Oro. Sus grabaciones discográficas son modélicas en los cantes de su tierra y ha realizado sobre ellos varios programas televisivos. Es miembro de número de la Cátedra de Flamencología y Estudios Folklóricos Andaluces. Varios homenajes le han sido tributados por la afición, uno de ellos en su ciudad natal, con asistencia de autoridades, poetas, escritores y artistas flamencos, entre ellos Pepe Marchena, Manolo El Malagueño, Canalejas de Puerto Real y José Palanca, y otro en 1978, organizado por la Peña Flamenca Pepe Marchena de la Unión, con la asistencia y la intervención de los cantaores Juan Varea, Ildefonso Pinto, Manbolo Romero y El Puebla, y su hijo, el guitarrista Antonio Piñana Calderón. Ha sido jurado de diversos certámenes e ilustrado con sus cantes diferentes conferencias de flamencólogos.
El arte y la personalidad artística de Antonio Piñana, considerado maestro de los cantes de Levante, ha sido glosada por destacados críticos y estudiosos, con comentarios en prensa y revistas, entre los que se encuentran los siguientes: Casimiro Bonmati Limonte: "La publicación de los discos de los Piñana constituye un acontecimiento cuya trascendencia nunca será suficientemente apreciada. Cúmplase con ellos el sentido anhelo de los buenos aficionados de perpetuar en una grabación la voz de un cantaor que conserva auténtica la esencia de los mejores cantes de nuestra tierra. Y, sobre todo, supone el que haya para siempre constancia documental, nada menos que un patrón, al que habrá que ajustarse en lo sucesivo. Porque Piñana padre es testamentario de esas modalidades del cante". Manuel Ríos Ruiz: "El cante levantino puro quedaba en Antonio Grau, hijo de El Alapargatero, y de él pasaron a Antonio Piñana, el cantaor que hoy los ejecuta con mayor propiedad y quien en realidad los ha revalorizado". Diego Vera: "Se ha dicho muchas veces que el flamenco no morirá nunca y uno no tiene más remedio que afirmar que está seguro que mientras existan cantaores que defiendan el flamenco como lo hace Antonio Piñana, el más puro cante de nuestra España vivirá siempre entre nosotros".
Fuente
- El Arte de Vivir el Flamenco (Información cedida gentilmente, ver autorización)