Colectivos

Primero están las instituciones y los políticos, y luego, detrás, a una distancia en la que ya es posible tocar el suelo, los colectivos y los ciudadanos que los conforman. Las altas instancias y sus representantes llenan a diario periódicos y telediarios y son los encargados de hablar y prometer continuamente aunque no tengan nada que decir ni que ofertar. Las organizaciones ciudadanas salen también en los periódicos pero, normalmente, no por ese exagerado empeño político de amontonar votos sino como resultado de un trabajo que, en la mayoría de los casos, se hace desinteresadamente. Estamos en el principio de curso, en ese octubre soñado por los estudiantes en el que poco hay que estudiar y mucho que aprender, cuando los días se dedican a las amistades nuevas y los temidos exámenes son casi una entelequia, el momento de tomar el primer sol de otoño en una terraza con la despreocupación de quien tiene todo el año escolar (y la vida) por delante. Y en el principio de curso los colectivos hacen acto de presencia por la tarde para contrarrestar el (necesario) aburrimiento político de las mañanas en ayuntamientos y organismos oficiales, cuando la vida se observa, se pronuncia y se enseña desde una perspectiva más cercana que la que ofrece el Boletín Oficial. El Ateneo de Córdoba, un colectivo ciudadano dedicado al pensamiento, ha inaugurado el curso con una conferencia de Rafael Mir Jordano con el contundente y nada equívoco título de Córdoba, la ciudad de la Mezquita, en la que habló del nombre, titularidad y gestión del monumento quizá más sublime del arte musulmán (aunque el obispo siga en sus trece de ignorar el valor de la herencia que la Historia del Arte le dejó a Córdoba). Por las tardes, en las sedes de los colectivos ciudadanos --aunque sea con un mal micrófono-- se habla más claro que por las mañanas en los habitáculos del poder, que tienen todos los adelantos.

También ha inaugurado el curso la Casa del Valle de los Pedroches en Córdoba, un empeño que moviliza periódicamente voluntades orgullosas de sus señas de identidad, con una conferencia de Daría Romero, presidenta de la Plataforma Que Pare el Tren en Los Pedroches, y una actuación de Jara y Granito, grupo folk de la zona cuyos más de 35 años de vida lo convierten en una sociedad solvente en lo musical e ilimitada en su proyección.

La Real Academia, una entidad tan necesaria como el arte y la filosofía, la inteligencia y la política, también ha estrenado curso, y, como docta y sabia institución, lo ha hecho por la tarde, cuando la vida se suele quitar la corbata y le hace quiebros a horarios y agendas.

Manuel Fernández (Diario Córdoba, 16 de octubre de 2015.